Un tubo de ensayo es precisamente un trozo de tubo de vidrio o plástico con un extremo sellado con una sustancia propia. Hoy en día, la mayoría de los tubos de ensayo utilizados en los laboratorios son de vidrio; sin embargo, los tubos utilizados en los laboratorios de patología suelen ser de plástico transparente y estéril.
Estos se mantienen en posición vertical con el extremo cerrado hacia abajo y el lado abierto hacia arriba para contener un volumen específico de sustancia líquida o en polvo. Las gradillas para tubos de ensayo son gradillas especializadas que se utilizan en los laboratorios para almacenar los tubos de modo que puedan mantenerse en posición vertical. Esto también reduce las sacudidas involuntarias.
¿Cómo se usan?
El calor se aplica a la sustancia dentro de tubos de ensayo de vidrio. Son un recipiente excelente para calentar pequeñas cantidades de material porque son relativamente resistentes a pesar de su delgadez. Por eso, la mayoría de las probetas de vidrio se utilizan en los laboratorios de química y tienen el fondo redondeado.
Algunos tubos de ensayo también se denominan "tubos de cultivo" o "tubos de muestras", dependiendo de cómo se utilicen. El término "tubo de cultivo" hace referencia a los tubos de ensayo de plástico transparente que se utilizan en microbiología y otros laboratorios de biociencia para contener diversos organismos vivos pequeños, como hongos, bacterias y plántulas de plantas. Cuando se cultivan microorganismos, los tubos de cultivo se mantienen en posición horizontal en lugar de vertical para optimizar la superficie.
Los tubos de plástico transparente esterilizados se utilizan en patología y laboratorios médicos para recoger y almacenar fluidos corporales como la orina y la sangre. Denominados adecuadamente "tubos de muestras", su interior se sella completamente con tapones una vez eliminado todo el aire, lo que impide cualquier tipo de crecimiento microbiano. De ahí que los tubos de ensayo para muestras se conozcan a veces como "vacutainers".